Esquí

Aunque esta temporada haya quedado inesperadamente truncada, el buen amante de la nieve y auténtico esquiador se prepara durante todo el año -y lo hace también en verano-, ya que siempre echa de menos la nieve y busca con qué actividades sustituirla. Por eso, te queremos contar algunos de las mejores opciones para prepararte para la próxima temporada, que llegará mucho antes de lo que te imaginas.

 

  1. Sesiones de entrenamiento. Si quieres disfrutar de la nieve este próximo invierno, empieza a entrenar. ¿Cómo? ¡Empezando a fortalecer las piernas! Seguramente, ir en bici, hacer sentadillas o salir a correr será un buen entrenamiento para tu fondo físico, pero es mejor entrenar pensando en fortalecer sobretodo la musculatura de las piernas y, en este caso, de los cuádriceps, que son el grupo muscular que más trabaja en el esquí y los que nos ayudan a ir flexionando y manteniéndonos en la posición exigida. Tener especial atención también en el trabajo de los abductores (que nos ayudan a mantener los esquís paralelos en cada bajada y a realizar virajes agresivos), los gemelos y los abdominales y espalda que, aunque no parezca que intervengan directamente, trabajan constantemente. Ejercicios específicos de fortalecimiento muscular, combinados con ejercicios de resistencia y fuerza, serán tu mejor baza para el mejor esquí y para evitar lesiones.

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  2. Adoptar precauciones permite reducir lesiones. Está claro que el ejercicio te ayudará y que es imprescindible para evitar posibles lesiones derivadas de la práctica de los deportes de nieve. Las lesiones son diferentes en función del deporte practicado o tipo de ejercicio. Los esquiadores suelen lesionarse las extremidades inferiores, sobre todo las rodillas. En cambio, los snowboarders sufren más en sus extremidades superiores, con daños en las muñecas, la clavícula o los hombros. Si no sabemos esquiar, contratar a un monitor en vez de ser autodidactas en la nieve nos puede ayudar a evitar las temibles lesiones. Debemos contar siempre con el material adecuado y llevar las botas debidamente abrochadas. En Pic Negre siempre te asesoramos en cuanto a tu material y te contamos aquí qué puedes encontrar en nuestras tiendas.

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  3. Alimentación para esquiar. Los esquiadores que compiten o los amantes de este deporte que se cuidan saben que una alimentación equilibrada es esencial. Ésta debe ser variada, distribuida en varias comidas o a largo del día y personalizada a las características físicas y al gasto energético de la persona o del deportista. Ya sabemos que la energía que gasta un esquiador alpino aumenta de manera muy considerable debido a la temperatura ambiental extrema, por ejemplo. Por eso, en época de esquí los hidratos de carbono (cereales, pan, patatas, legumbres, frutas…) son la fuente de energía principal y un bajo aporte de este nutriente puede predisponer al deportista a sufrir lesiones y a tener bajadas en su rendimiento. La ingesta de proteína (carne, pescado, huevos…) o el consumo de grasa (algunas a través de los aceites) es también vital para la recuperación muscular o la acción antiinflamatoria. Todo, en las cantidades más apropiadas según la persona. Importante hidratarse siempre, sea invierno y esquiamos, o verano y entrenemos.

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  4. Deportes similares. Es apropiado también buscar deportes parecidos fuera de temporada, que nos ayudarán a ir ganando terreno: el patinaje en línea puede ser un buen ejemplo, ya que el ejercicio cardiovascular también debe estar entre nuestras prioridades. Piensa que articulaciones y músculos de las piernas estarán en tensión constante mientras esquías, por tanto, los tenemos que ejercitar bien. Otra opción es el rollerski, que es el equivalente al esquí de fondo cuando se practica fuera de la nieve. Los esquís con ruedas o rollerskis tienen ruedas en sus extremos y se utilizan en asfalto para emular el esquí de fondo y las técnicas son muy similares. En un principio fue creado como un ejercicio de entrenamiento durante el verano para los esquiadores de esquí nórdico, pero ya se ha convertido en una disciplina en sí y un deporte de competición. La mayoría de los equipos de esquí de fondo realizan sus prácticas con rollerski durante la temporada baja para llevar a cabo un entrenamiento físico específico lo más parecido posible al esquí en invierno.

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  5. Esquiar en verano. Y siempre te queda, si eres de los afortunados que cuentan con esta opción, esquiar (literalmente) en verano. ¿Dónde?. En muchos destinos, tanto de Europa como en el resto del mundo. Eso sí, cuando las restricciones de movilidad aérea debido al COVID-19 lo permitan.

Si eres un apasionado del esquí, puedes optar por viajar por ejemplo a Argentina. Si cambiamos de hemisferio, encontraremos nieve segura. A 19 kilómetros de San Carlos de Bariloche y dentro del parque Nahuel Huapi está Cerro Catedral, a 2.100 metros de altura, en los Andes, y donde de junio a septiembre se puede esquiar a lo largo de 120 kilómetros distribuidos en 30 pistas. Es la estación de esquí más grande de Sudamérica.

Más cerca, en Europa, tienes distintas opciones. Una de ellas es el glaciar de la Grande Motte de Tignes, en Francia, con 20 kilómetros de pistas, desnivel de 700 metros, 12 remontes y un snowpark. El año pasado estrenó un teleférico panorámico descapotable a más de 3.000 metros de altura con vistas al Mont Blanc. Esquiar en Francia es de las opciones más asequibles y podremos tener alojamiento a pie de pistas. También puedes viajar a Austria, en el Tirol, al magnífico glaciar Hintertux, donde la nieve está garantizada casi todo el año, o a Suiza, donde el glaciar Allalin permite esquiar de mediados de julio y hasta finales de octubre.